El enigma de los grillos: Ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba
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El enigma de los grillos: Ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba

Por,

Una serie de misteriosos ataques contra diplomáticos estadounidenses desde finales de 2016 hasta al menos agosto de 2017 resultaron en el deterioro de la relación diplomática entre el gobierno de Estados Unidos y el régimen de Castro. El personal diplomático de la Embajada de Estados Unidos en La Habana quedó reducido a un mínimo, mientras que la expulsión o la retirada solicitada de diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington D. C. tuvo un resultado similar en el lado cubano.

Los motivos detrás de los misteriosos ataques contra los diplomáticos estadounidenses han desconcertado a los observadores cubanos. ¿Por qué el régimen de Castro llevaría a cabo estos ataques o permitiría que se llevaran a cabo justo cuando Estados Unidos, bajo la administración de Obama, había llevado a cabo una apertura y normalización prácticamente incondicional de las relaciones con el régimen, y cuando este aún podía considerar la posibilidad de mantener estas buenas relaciones con la administración entrante de Trump?

Los ataques

Lo que se sabe es que se produjeron una serie de ataques contra diplomáticos estadounidenses y canadienses, primero en grupos y luego de forma esporádica, desde diciembre de 2016 hasta al menos agosto de 2017.[1] Durante estos períodos e inmediatamente después, diplomáticos estadounidenses, incluido el Oficial de Seguridad Residente (RSO), reportaron síntomas que iban desde hemorragias nasales y pérdida de audición hasta mareos, incluyendo trastornos cognitivos. Los afectados reportaron, en algunos casos, haber escuchado ruidos muy distintivos, descritos como “chasquidos”.[2] Que estos ataques fueron selectivos y no aleatorios se corrobora con hechos muy específicos:

-Los ataques ocurrieron en las residencias específicas, ya sean casas u hoteles, de diplomáticos estadounidenses, así como en la Embajada de Estados Unidos.

-Los afectados sufrieron daños en la misma zona del cerebro, conocida como área de la sustancia blanca.

-Se ha informado que, de las 24 personas afectadas, un número significativo pertenecía a los servicios de inteligencia del gobierno de Estados Unidos.[3]

-Los ataques tendieron a disminuir cuando los diplomáticos se alejaron unos metros de su posición inicial.

El testimonio de los expertos médicos que han atendido los casos, tanto del gobierno federal como de la Universidad de Miami, deja pocas dudas de que los patrones identificados de lesiones y daños sufridos por 24 diplomáticos (de los cuales 16 son considerados graves) son el resultado de una acción llevada a cabo a través de medios aún no especificados.[4]

Reacciones del régimen de Castro

Las reacciones del régimen de Castro ante la situación generada por los ataques han sido variadas. Informes basados en relatos de primera mano de diplomáticos y legisladores estadounidenses que interrogaron en privado a Raúl Castro sobre los ataques indicaron que él expresó un completo desconocimiento o una negación plausible de los incidentes.[5] Presuntamente, el régimen castrista ofreció llevar a cabo una investigación completa sobre los sucesos.[6]

Una vez que las noticias sobre los ataques comenzaron a aparecer en la prensa estadounidense y las exigencias de la Asociación del Servicio Exterior de los Estados Unidos (AFSA) se hicieron públicas, los comentarios de los portavoces oficiales y no oficiales del régimen castrista cambiaron hacia una negación rotunda de que los ataques hubieran ocurrido, afirmaciones de que no existían armas de ese tipo y contraacusaciones dirigidas a los Estados Unidos. El cambio en el tono y contenido de la respuesta del régimen fue iniciado por Mariela Castro, hija de Raúl, facilitadora designada por el régimen para la comunidad LGBT en Cuba y principal portavoz no oficial. En una entrevista con el canal Al Mayadeen, con sede en Beirut, declaró que los ataques parecían “algo sacado de la ciencia ficción”. Sin siquiera contactar a las víctimas, algunos se aventuraron a decir que los síntomas eran el resultado de una “histeria colectiva” en la Embajada de EE.UU.;[7] una acusación que dejó de repetirse una vez que alguien dentro del gobierno estadounidense filtró una grabación de los sonidos reales a la prensa.[8]

Credit: Adobe Stock- Standard license on file.

Otro portavoz no oficial del régimen, el historiador Jesús Arboleya, un oficial de inteligencia cubano con un largo historial de operaciones contra los Estados Unidos y la comunidad cubanoamericana,[9] escribió en “La mentira de los ataques sónicos”[10] que los ataques eran en realidad el resultado de efectos secundarios del equipo de inteligencia estadounidense utilizado por los propios diplomáticos. Arboleya especificó que el dispositivo de espionaje supuestamente utilizado era el LRAD 1000RX, pero esta afirmación es absurda, ya que el LRAD-RX no es, como Arboleya sostiene, un dispositivo “para las comunicaciones entre la Agencia Central de Inteligencia y sus agentes”, sino un altavoz direccional de largo alcance que los barcos utilizan para repeler intrusos o embarcaciones que se aproximan. Además, no es ni ultrasónico ni infrasónico, sino que funciona en frecuencias audibles regulares.

Simplemente es científicamente imposible que el equipo descrito por Arboleya haya causado los síntomas reportados por los diplomáticos.

La prueba irrefutable

En marzo de 2024, el teniente coronel retirado del Ejército, Gregory Edgreen, fundador de Advanced Echelon, una organización que aboga por las víctimas del Síndrome de La Habana, habló sobre las ondas de sonido y presión en el programa 60 Minutes. Edgreen culpó a Rusia de los ataques contra diplomáticos y agentes estadounidenses. Estos ataques dejaron a los diplomáticos y sus familias con lesiones cerebrales traumáticas, vértigo, pérdida de memoria a corto y largo plazo, deterioro de la visión, migrañas, mareos, entre otros problemas de salud persistentes.

Edgreen afirmó estar seguro de que Rusia estaba detrás de estos ataques dentro y fuera de Estados Unidos, ya que la mayoría de las víctimas tenían experiencia en diplomacia entre Rusia y EE.UU. o trabajaban en temas clave de seguridad relacionados con Rusia.

Entre las víctimas dentro del territorio estadounidense se encontraba la agente de contrainteligencia del FBI conocida como “Carrie”, quien fue alcanzada por lo que describió como una “fuerza paralizante” o un “ruido metálico agudo y perforante” en su hogar en Florida en 2021. Otra víctima fue Olivia Troye, asesora de Seguridad Nacional del vicepresidente Mike Pence, quien fue atacada mientras se encontraba afuera de la Casa Blanca.

Sin embargo, en julio de 2024, nueva información revelada a 60 Minutes por fuentes de inteligencia apuntó a una posible transferencia de tecnología de Rusia a sus aliados con el fin de aumentar las amenazas externas contra funcionarios estadounidenses y llevar a cabo una campaña internacional de miedo y confusión.

Específicamente, 60 Minutes investigó los ataques contra once funcionarios estadounidenses antes del viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a Hanói, Vietnam, en 2021. Durante la investigación, el programa descubrió que, cinco meses antes de la visita de Harris, los servicios de seguridad vietnamitas enviaron un correo electrónico al Consejo de Seguridad de Rusia solicitando tecnología exclusiva denominada “emisores acústicos LRAD” y “equipos de onda corta para escanear el cuerpo humano”.

“El LRAD, que significa ‘long-range acoustic device’ (dispositivo acústico de largo alcance), es un arma sónica de grado militar que emite un haz de sonido dirigido a un volumen extremadamente alto (…) cuando se deja encendido en su volumen máximo, algunos sistemas LRAD pueden generar un nivel de presión sonora de hasta 162 decibeles. El umbral del dolor humano es de aproximadamente 130 decibeles.”

Según el periodista de investigación de The Insider, Christo Grozev, “Rusia está ayudando a otros gobiernos con ciertas operaciones que estos gobiernos pueden querer realizar por su cuenta, y de esta manera establece lealtad con ellos para futuras operaciones que Rusia pueda necesitar en su territorio”.

Los síntomas, las ubicaciones, las supuestas funciones desempeñadas por el personal diplomático afectado, incluyendo el Oficial de Seguridad Residencial (RSO) de la Embajada, y el prolongado historial de acoso a diplomáticos estadounidenses por parte de la Seguridad del Estado cubana —que en el pasado ha incluido el envenenamiento de mascotas familiares y el embestimiento de vehículos diplomáticos de EE.UU.— (sobre los ataques con vehículos y otras acciones contra diplomáticos estadounidenses, ver “Surviving a Nightmare Inside Castro’s Cuba”, Lippman, Walter H., Washington Post, 1 de noviembre de 1996; sobre el envenenamiento de mascotas de diplomáticos, ver “Cuba Poisons US Diplomats’ Pets”, Ali, Anbreen, Newser, 11 de abril de 2009), apuntan de manera concluyente a la participación o colaboración del régimen de Castro en estos ataques.

Además, el hecho de que tantos diplomáticos estadounidenses presuntamente involucrados en actividades de inteligencia hayan sido identificados por los atacantes podría indicar la existencia de un infiltrado o informante dentro de los servicios de inteligencia estadounidenses. Dada la previa infiltración de agentes de inteligencia castrista en la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), y el Departamento de Estado, esta posibilidad no puede descartarse.

En un país totalitario tan estrictamente controlado como Cuba, donde los movimientos de los diplomáticos estadounidenses son vigilados de cerca, ¿quién más, aparte del régimen de Castro, podría tener acceso al conocimiento sobre dónde se alojaban estos diplomáticos, así como la capacidad de montar una operación de vigilancia y asegurar ubicaciones para llevar a cabo estos ataques?

Los síntomas experimentados por los diplomáticos, la parte similar del cerebro afectada en muchos de los casos y los informes de inteligencia previos señalan un rango de armas que podrían haber sido utilizadas para llevar a cabo estos ataques invisibles. Ahondar en estas posibilidades es útil para el análisis, ya que podría indicar el actor o actores involucrados y las posibles motivaciones detrás de sus acciones.

El rango de posibles armas

Existe una variedad de armas modernas de distintos tipos y categorías —ya sean infrasónicas, ultrasónicas, sónicas, electromagnéticas o de microondas— que podrían generar los síntomas y efectos reportados por los diplomáticos afectados, en particular la alteración cognitiva. Contrario a las afirmaciones de Mariela Castro, la existencia de estas armas y su uso para causar disrupción cognitiva en civiles —es decir, la interrupción o influencia en los procesos de pensamiento individual— es un hecho ampliamente documentado y preocupante en círculos bien informados en todo el mundo.

La Covert Harassment Conference, un evento anual que reúne a expertos de diversas disciplinas para evaluar el desarrollo y el uso encubierto de estas armas por parte de actores estatales y no estatales, explica como uno de sus objetivos:

“Desafiar la ignorancia general, la negación de los gobiernos y el silencio de los principales medios de comunicación en torno al desarrollo y la existencia de un sofisticado espectro de metodologías de acoso y tecnología bioelectromagnética (también conocida como tecnología de control mental), capaz no solo de influir en el cuerpo humano, el comportamiento, las emociones y los procesos cognitivos, sino también de torturar y matar a la velocidad de la luz sin dejar evidencia alguna.”[11]

El artículo de 2016 “El efecto psicoacústico de las frecuencias infrasónicas, sónicas y ultrasónicas dentro de las técnicas de guerra militar no letal”, escrito por el analista de ciberseguridad Ryan Littlefield, presenta una tabla que indica qué fuentes de sonido militarizado pueden generar qué “grupos de síntomas” en las víctimas de estos ataques. Las armas descritas en este estudio operan en base a dos principios científicos: uno es la resonancia, y el otro es la sincronización de las ondas cerebrales (brainwave entrainment).

Resonancia y sincronización de ondas cerebrales

La resonancia se refiere al hecho de que “Todos los objetos tienen una propiedad conocida como su frecuencia resonante, que es la amplificación de las vibraciones de un sistema receptor debido a su similitud con las frecuencias de la fuente” (Pellegrino y Productions, 1996). Es debido a esta propiedad presente en toda la materia que el sonido puede aplicarse como un medio de resonancia dentro del cuerpo humano.”[12]

La sincronización de ondas cerebrales (brainwave entrainment) se refiere al uso intencionado de ciertas frecuencias para activar bandas de resonancia de ondas eléctricas dentro del cerebro con el propósito de inducir estados neurológicos en el cuerpo.[13] Se sabe que las armas de infrasonido pueden inducir sensaciones de ansiedad, miedo, mareo, tristeza o terror en las personas expuestas a ellas. Asimismo, las armas de ultrasonido han demostrado causar síntomas similares cuando se dirigen hacia seres humanos.[14]

Las armas de microondas constituyen otra posibilidad. Se trata de armas de energía dirigida que emiten pulsos de energía dentro del rango de 300 MHz a 300 GHz.[15] Algunas de estas armas son capaces de causar un dolor incapacitante en los individuos, así como destruir misiles entrantes y equipos electrónicos comerciales.[16] Ya en 2004, circulaban informes de inteligencia que indicaban que “rusos (personal privado), iraníes, chinos y cubanos estaban colaborando, bajo la dirección de los militares cubanos, en el desarrollo de estas armas electromagnéticas.”[17]

El informe señala además que las armas de microondas de alta potencia (High Power Microwave weapons), conocidas como “Narrowband,” “emiten en una única frecuencia o en frecuencias muy cercanas a una potencia extremadamente alta. Estos pulsos (altamente direccionales) pueden enfocarse en un objetivo específico.” Es interesante notar que muchas de las víctimas informaron haber escuchado sonidos de clics o chirridos asociados con los ataques, pero que al caminar unos pocos pasos, estos sonidos desaparecían. Esto sugiere un enfoque específico y una alta precisión en la dirección de las posibles armas.

Los síntomas reportados por los diplomáticos coinciden con los efectos documentados de estas armas. La pérdida inexplicable de audición, dolores de cabeza, hemorragias nasales, mareos, zumbidos en los oídos y alteraciones cognitivas que sufrieron tanto diplomáticos estadounidenses como canadienses corresponden exactamente con los efectos que estas armas pueden provocar en quienes son sometidos a ellas.[18]

El “zumbido en los oídos” podría estar directamente relacionado con lo que se conoce como el Efecto Frey, que hace referencia al efecto auditivo de las microondas. Este fenómeno “consiste en clics audibles inducidos por frecuencias de microondas pulsadas o moduladas.”[19] Esto podría explicar los “ruidos de grillos” reportados por muchas de las víctimas.[20] Lo más alarmante es que estos clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor.[21] Todo esto apunta a que las armas de microondas podrían haber sido las utilizadas en estos ataques.

La prestigiosa revista científica IEEE Microwave Magazine, publicada por la principal organización profesional de ingenieros de Estados Unidos, el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (conocido como I triple E), publicó un artículo en su edición de enero-febrero de 2018, titulado “Extraños informes de sonido armado en Cuba”, de James C. Lin, que sugiere que los extraños síntomas podrían estar causados ​​por radiación de microondas localizada. Dichas armas podrían afectar directamente a individuos, permaneciendo inaudibles para otros. Entonces, ¿ha desarrollado Cuba algún tipo de arma de microondas secreta y ensordecedora?”[22]

Posibles motivos y aliados

Es importante explorar la posible gama de armas utilizadas, ya que indica tanto posibles motivos como la presencia de actores ajenos al régimen de Castro. Fragmentos de un informe filtrado del FBI parecen indicar que el tipo de instrumento utilizado en el ataque no fue un arma sónica.[23] Esto, junto con los síntomas específicos y el Efecto Frey, parece indicar que se utilizó un arma de microondas. El hecho de que la sustancia blanca del cerebro fuera la principal área afectada en la mayoría de los ataques[24] y el síntoma persistente de “alteración cognitiva” reportado por las víctimas del ataque podrían indicar motivos.

En primer lugar, ¿qué es la materia blanca? Conocida como el “subterráneo del cerebro”, “a principios del siglo XXI, los científicos generalmente aceptan la teoría de que las redes neuronales distribuidas —neuronas o grupos de neuronas ampliamente dispersas que tienden a activarse en sincronía— subyacen a nuestras experiencias conscientes. Esta teoría ha reforzado la idea de que la conectividad proporcionada por la materia blanca ocupa un lugar central en la elaboración del comportamiento humano”. [25] La materia blanca facilita las decisiones sobre conducta y ética personal que toman las personas.

La alteración cognitiva, o interrupción de los procesos cognitivos del cerebro, se produce cuando “…la ansiedad descargada en la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo causa hipoperfusión cerebral, lo que lleva a un deterioro del pensamiento. Cuando el paciente sufre una alteración cognitiva/perceptiva, puede experimentar una auténtica confusión porque el cerebro no funciona bien” (Psicoterapia Dinámica).

Un ataque de tal magnitud contra esta parte del cerebro de tantos diplomáticos estadounidenses indica un intento de influir en sus pensamientos, con el objetivo de controlarlos y, si hay que creer los informes de Associated Press, también de recopilar información de inteligencia.

Los objetivos de dicho ataque serían, como mínimo, obstaculizar las labores de los diplomáticos estadounidenses o, incluso más posiblemente, confundirlos y comprometerlos para influir en sus decisiones o influir en su lealtad.

Tal tarea, llevada a cabo durante casi un año a un nivel tan amplio con armas altamente sofisticadas de un tipo u otro, denota que solo las personas con poder en Cuba podrían ser responsables. Nadie más que el Estado cubano o algunos actores clave dentro de él podría movilizar tales recursos, empezando por el acceso a las identidades de posibles funcionarios de inteligencia estadounidenses y sus lugares de residencia. De igual manera, la gama de posibles armas utilizadas indica la necesidad de que la estructura oficial de inteligencia estatal en Cuba, o un actor clave dentro de ella, participe. Este actor clave tendría que ser alguien de extraordinaria influencia y trascendencia dentro de la hermética estructura estatal cubana, con amplio control de recursos y autorizaciones. Muy pocas personas corresponden a esta descripción y es altamente improbable, dada la verdadera jerarquía de poder del régimen, que hubieran actuado sin la autorización del mando supremo.

Información filtrada a Reuters indica que Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl Castro, quien también es coronel del Ministerio del Interior y coordinador de los servicios de inteligencia cubanos, podría haber estado involucrado en esta operación. Lideró las negociaciones secretas entre la administración Obama y el régimen de Castro en Canadá. Dado su apellido y sus cargos clave, habría tenido conocimiento o control sobre las acciones del gobierno.

Alejandro Castro visitó Rusia y firmó acuerdos de inteligencia y defensa con el gobierno ruso en nombre del régimen de Castro. Rusia ha desarrollado ampliamente armas de microondas y, además, las utilizó contra diplomáticos estadounidenses en la embajada de Estados Unidos en Moscú a principios de la década de 1960.[26]

Otros posibles actores estatales con tecnología para desarrollar armas de microondas podrían ser Irán y Corea del Norte. Cuba y Corea del Norte mantienen amplios vínculos políticos y militares, y el régimen de Castro ha estado directamente involucrado en esfuerzos para suministrar armas al régimen norcoreano, violando las sanciones internacionales.[27] Se especula que Corea del Norte podría haber probado armas como estas en el cautivo estadounidense Otto Warmbier.[28]

Es importante enfatizar que ninguna potencia o actor extranjero podría operar en Cuba sin el conocimiento del aparato de seguridad. Un ataque ocasional podría ocurrir sin ser detectado, pero ataques que duraron varios meses y con equipo sofisticado debieron haber contado con el conocimiento y la aquiescencia del gobierno cubano.

También es posible que el régimen cubano haya desarrollado estas armas de microondas o algo similar por su cuenta, con la ayuda de científicos rusos privados, así como posiblemente de ingenieros iraníes y norcoreanos. ¿Podría ser que las armas de microondas de fabricación cubana o las desarrolladas por Corea del Norte no sean tan sofisticadas como un producto ruso, generando así daños y síntomas que alertaron al gobierno estadounidense sobre lo que debería haber sido una operación encubierta de control mental?

Independientemente de la respuesta a esta pregunta, hay cuestiones adicionales que considerar:

¿Cómo se ve afectada la seguridad de Estados Unidos por el hecho de que armas de esta naturaleza puedan estar en posesión de individuos con intenciones ideológicas hostiles? Además, si existen personas con el poder suficiente dentro del régimen de Castro para lanzar este tipo de operación sin la autorización de Alejandro Castro o su padre, ¿qué nos dice esto sobre las posibles diferencias entre las facciones dentro del régimen? ¿Cómo pueden estas facciones amenazar la seguridad de los EE. UU. o del estado de Florida?

Conclusiones y recomendaciones

Los ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba marcan un antes y un después en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. La evidencia médica y la información disponible sobre los afectados dejan pocas dudas de que los ataques sí ocurrieron. Existe una gama específica de armas al alcance del régimen de Castro que podrían haber sido utilizadas para estos ataques y que generaron estos síntomas tan específicos. En base a esto, Estados Unidos debería tomar las siguientes medidas a diferentes niveles:

En primer lugar, no debe ignorarse el hecho de que el régimen de Castro tenga acceso a alguna o algunas de estas armas. Además, en cualquier escenario en que se hayan utilizado, esto revela una audacia extrema y una falta de conciencia de los límites por parte de quienes ostentan el poder en Cuba actualmente. El acceso a estas armas y su posible uso constituyen una amenaza potencial para la seguridad de Estados Unidos. Esta amenaza es mayor debido a la proximidad de Cuba a Estados Unidos. Ya sea que la decisión de usar estas armas se haya tomado en los niveles más altos del régimen o por personas con poder dentro del régimen, el resultado es el mismo: lo que anteriormente puede haber sido considerado como una tiranía bien organizada con una jerarquía bien ordenada, en realidad puede estar fragmentándose como resultado de la ausencia de Fidel Castro, en diferentes facciones en competencia que tienen acceso a armas de extrema preocupación para la seguridad nacional de Estados Unidos.

La relación del régimen de Castro con diversos grupos terroristas internacionales está bien documentada.[29] ¿Podrían estas innumerables facciones terroristas tener acceso, por simpatía o mediante transacciones comerciales, a estas armas de un régimen con problemas económicos y graves dificultades internas y externas, en medio de un proceso de sucesión incierto? Además, ¿podría y ha utilizado el régimen de Castro estas armas contra opositores al régimen en Cuba y Venezuela, y contra opositores al régimen exiliados en el sur de Florida?

Se debe realizar una nueva evaluación de las amenazas que representan el régimen de Castro o sus herederos para la seguridad de Estados Unidos y el estado de Florida, y abordarlas en consecuencia. Los vínculos entre el régimen de Castro, o sus facciones, con países rebeldes como Corea del Norte e Irán, o con diversas organizaciones terroristas que representan una amenaza constante para Estados Unidos, y el acceso del régimen o sus facciones a las armas descritas anteriormente constituyen un área clave de preocupación. La reincorporación del régimen de Castro a la lista de estados patrocinadores del terrorismo debería ser una posibilidad cada vez mayor. Como mínimo, el estado de Florida necesita implementar programas de capacitación y medidas de seguridad adicionales para tener en cuenta estas potencialidades.

La posibilidad de que Cuba se convierta en un estado fallido con facciones que compiten por el poder y se deshacen de armamento peligroso debería ser otra consideración clave. Se debe adoptar un enfoque más proactivo para lograr un gobierno estable y libre en Cuba, alineado con Estados Unidos.

Los diplomáticos estadounidenses no deben ser devueltos a Cuba hasta que se concluya por completo la investigación sobre estas armas y los actos cometidos. Dependiendo de los resultados de investigaciones adicionales y de la falta de claridad y garantías por parte de las autoridades cubanas, Estados Unidos debería estar listo para cerrar su embajada en la isla si es necesario.

Dadas las condiciones anteriores, tanto los empleados federales como los del estado de Florida que tratan con el régimen de Castro a diferentes niveles deberían recibir capacitación sobre lo que está sucediendo dentro del gobierno de Castro y en Cuba en general, así como sobre las posibilidades de las armas descritas en este documento y cómo proteger al personal o las instalaciones, tanto en el país como en el extranjero, de ataques como estos.


Referencias

[1] “Ataques contra diplomáticos de EE.UU. en Cuba: Respuesta y supervisión.” Testimonio del alto funcionario del Departamento de Estado Francisco L. Palmieri ante la Subcomisión de Relaciones Exteriores del Senado sobre el Hemisferio Occidental. 9 de enero de 2018.
[2] Erickson, Amanda. “Todas las teorías sobre lo que les está sucediendo a los diplomáticos en Cuba.” The Washington Post, 30 de septiembre de 2017, www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2017/09/30/all-the-theories-about-whats-happening-to-the-diplomats-in-cuba/?utm_term=.8d5aec1e02be.
[3] WEISSENSTEIN, Michael, et al. “Fuentes de la AP: Espías de EE.UU. en La Habana afectados por extraños ataques de salud.” AP News, 2 de octubre de 2017, www.apnews.com/d0fa8db258bf4c5492428e448e953102.
[4] Dr. Charles Rosenfarb, Director Médico, Oficina de Servicios Médicos, testifica ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre los Ataques a Diplomáticos de EE. UU. en Cuba: Respuesta y Supervisión en el Capitolio el 9 de enero de 2018. Testimonio disponible en https://youtu.be/sKLqEY6g5bs
[5] “Raúl Castro tiene una sorprendente respuesta a los diplomáticos estadounidenses dañados en Cuba.” Los Angeles Times, 15 de septiembre de 2017, www.latimes.com/world/la-fg-cuba-sonic-attacks-20170915-story.html.
[6] Lee, Matthew, y Michael Weissenstein. “Pérdida de audición de diplomáticos de EE. UU. en Cuba se culpa a un dispositivo encubierto.” AP News, www.bostonglobe.com/news/world/2017/08/10/hearing-loss-diplomats-cuba-blamed-covert-device/S7LY5bMpEWwsvYWAKlZ8vJ/story.html.
[7] Stone, Richard. “Condiciones estresantes, no ‘arma sónica,’ enfermaron a los diplomáticos de EE. UU., afirma panel de Cuba.” Science Insider, 5 de diciembre de 2017, www.sciencemag.org/news/2017/12/stressful-conditions-not-sonic-weapon-sickened-us-diplomats-cuba-panel-asserts.
[8] Lederman, Josh, y Michael Weissenstein. “¿Sonido peligroso? Lo que los estadounidenses escucharon en los ataques en Cuba.” AP News, 13 de octubre de 2017, www.apnews.com/88bb914f8b284088bce48e54f6736d84.
[9] “Miami Herald ignora los abundantes vínculos con espionaje en su cobertura de la ‘Conferencia de Cuba.’” Cuba Confidential, 16 de marzo de 2014, cubaconfidential.wordpress.com/2014/03/16/miami-herald-ignores-abundant-spy-ties-in-coverage-of-cuba-conference/.
[10] Arboleya, Jesús. “La mentira de los ataques sónicos.” Progreso Weekly, 3 de octubre de 2017, progresoweekly.us/lie-sonic-attacks/.
[11] “CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE ACOSO ENCUBIERTO DE CIVILES EN BERLÍN, ALEMANIA.” Covert Harassment Conference, 2 de octubre de 2015, www.covertharassmentconference.com/?et=1440246205.
[12] Littlefield, Ryan. “El efecto psicoacústico de las frecuencias infrasonoras, sónicas y ultrasónicas en las técnicas de guerra militar no letales.” Medium, 11 de junio de 2016, littlefield.co/the-psychoacoustic-effect-of-infrasonic-sonic-and-ultrasonic-frequencies-within-non-lethal-cf05e1fd8673.
[13] Idem.
[14] Idem.
[15] “Arma de energía dirigida.” Wikipedia, marzo de 2013, en.wikipedia.org/wiki/Directed-energy_weapon?oldid=751983529.
[16] Idem.
[17] Cereijo, Manuel. “ARMAS ELECTROMAGNÉTICAS: CUBA E IRÁN.” Guaracabuya, 16 de enero de 2018, amigospais-guaracabuya.org/oagmc245.php.
[18] CAMPION-SMITH, Bruce. “Misteriosos ataques sónicos en Cuba afectan a diplomáticos canadienses y estadounidenses.” The Star, 14 de septiembre de 2017, www.thestar.com/news/canada/2017/09/14/sonic-attacks-in-cuba-target-canadian-and-us-diplomats.html.
[19] “Efecto auditivo de microondas.” Cognopedia, www.cognopedia.com/wiki/Microwave_auditory_effect.
[20] WHITEFIELD, Mimi. “Cuba recurre a la web para un ‘intercambio científico’ sobre los ataques acústicos a diplomáticos estadounidenses.” Miami Herald, 15 de noviembre de 2017, www.miamiherald.com/news/nationworld/world/americas/cuba/article184826778.html
[21] “Efecto auditivo de microondas.” Wikipedia, agosto de 2016, en.wikipedia.org/wiki/Microwave_auditory_effect.
[22] Hignet, Katherine. “¿Histeria colectiva o armas de microondas? ¿Qué está detrás de los ‘ataques sónicos’ a los diplomáticos de EE. UU. en Cuba?” Newsweek, 16 de diciembre de 2017, www.newsweek.com/mass-hysteria-microwave-weapons-sonic-attacks-cuba-747107.
[23] Gómez, Nora. “Tillerson reflexionará sobre los eventos acústicos contra diplomáticos estadounidenses en La Habana.” Miami Herald, 8 de enero de 2018, www.miamiherald.com/news/nation-world/world/americas/cuba/article193587314.html.
[24] McAteer, Oliver. “Los ataques con ‘arma sónica’ en Cuba pueden haber alterado completamente el cerebro de las víctimas, dicen funcionarios.” Metro, 6 de diciembre de 2017, metro.co.uk/2017/12/06/cuba-sonic-weapon-attacks-may-completely-altered-victims-brain-say-officials-7137131/.
[25] Filley, Christopher M. “Por qué importa el cerebro blanco.” The Dana Foundation, 1 de enero de 2015, www.dana.org/Cerebrum/Default.aspx?id=39152.
[26] Brodeur, Paul. Currents of death: power lines, computer terminals, and the attempt to cover up their threat to your health. Simon and Schuster, 1989.
[27] Kenber, Billy. “El barco norcoreano incautado en el Canal de Panamá transportaba componentes sospechosos de un sistema de misiles.” The Washington Post, 17 de julio de 2013, www.highbeam.com/doc/1P2-34911976.html?refid=easy_hf.
[28] Hanna, Jason, et al. “Médicos: El ex-detenido de Corea del Norte Otto Warmbier tiene daño cerebral grave.” CNN, 17 de junio de 2017, www.cnn.com/2017/06/15/politics/otto-warmbier-north-korea/index.html.
[29] Gutiérrez-Boronat, Orlando. “Cuba y la Coalición Terrorista: El surgimiento de la Internacional Terrorista.” Cubanet, 19 de septiembre de 2001, www.cubanet.org/htdocs/CNews/y01/sep01/19e2.htm.